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miércoles, 20 de octubre de 2010

La puerta de atrás


Hemos decidido dedicar una entrada a una práctica sexual bastante común pero que todavía está envuelta en muchos tabúes, prejuicios y mitos. Y son precisamente esos tabúes, ese deseo de lo prohibido y de derribar barreras lo que hace que resulte tan morbosa, placentera y deseada tanto como para parejas heterosexuales como para y gays y, por qué no, para lesbianas también. Así que, queridas lectoras, abrid vuestras mentes, olvidad los prejuicios y preparaos para descubrir una de las prácticas sexuales más morbosas… El sexo anal.


Como aclaración debemos decir además que cuando hablamos del sexo anal no nos referimos solamente a la penetración sino también al sexo oral-anal, o al simple masaje de la zona.


En primer lugar tenemos que hablar obligatoriamente del aseo y la limpieza, el ano no está preparado de forma original para el sexo por tanto una buena limpieza previa es muy recomendable, para ello se pueden utilizar lavativas de agua templada.

Además si es vuestra primera vez os aconsejamos usar preservativo, tanto si lo hacéis manualmente como si utilizáis juguetes sexuales.

También consideramos muy importante encontrar un lugar donde nadie pueda molestaros y una pareja sexual que os inspire confianza para que estéis relajadas y tranquilas, puesto que en un principio cuesta bastante relajar los músculos de la zona en cuestión.


Y ahora, al lío.

El sexo anal como cualquier práctica sexual requiere un precalentamiento, unos juegos preliminares que quizá sean todavía más importantes que en otro tipo de relaciones sexuales. Además debéis tener en cuenta que la obligación o la precipitación a la hora de la práctica del sexo anal puede tener como consecuencia experiencias desagradables. Tomaos vuestro tiempo y tened en cuenta que el aprendizaje es también parte del juego y de la complicidad. Desde nuestra propia experiencia recomendamos que la práctica se realice a la vez que otras más comunes en vuestras relaciones sexuales, por ejemplo mientras penetráis a vuestra pareja con los dedos vaginalmente podéis comenzar a presionar la zona anal con otro dedo y dibujar círculos entorno a su ano como si fuera un masaje ya que esta es una buena forma de relajar los músculos y también, por qué no, las tensiones o los miedos. Asimismo, los glúteos son muy sensibles y ya sabemos que de las caricias estimula el deseo sexual así que os aconsejamos empezar por ahí.


Por otra parte es muy importante lubricar y estimular el ano para lograr una penetración indolora, no vaya a ser que vuestra pareja tras un intento doloroso no vaya a poder hacer uso de sillas, sofás y otros muebles donde apoyar el culo.

Los lubricantes artificiales pueden ser muy útiles pero desde aquí apostamos por lo natural, es decir el propio flujo vaginal de vuestra pareja o la estimulación con la lengua de la zona; esto último, llamado anilingus o beso negro, además de resultar tremendamente placentero, por las terminaciones nerviosas que se encuentran en el ano, es también una forma muy útil de aumentar la complicidad y perder el miedo, recordad que antes habéis os habéis aseado por lo tanto no deberíais hacerle ascos a la zona. Es aconsejable toquetear y estimular otras zonas erógenas mientras hacéis esto para que se produzca una estimulación plena y placentera.

Una vez sientas que tu pareja está preparada y completamente lubricada puedes intentar introducir un dedo, poco a poco y con movimientos circulares para ayudar a la dilatación; es muy importante realizar este paso con mucha delicadeza.

Como consejo adicional os recomendamos separar las nalgas sin forzarlas ya que tensar demasiado la piel del ano puede resultar incómodo y doloroso.


Y llegamos al punto clave una vez consigáis introducir el dedo podréis hacer volar vuestra imaginación como por ejemplo introduciendo a la vez otro dedo en la vagina. Los movimientos al principio deben ser lentos y la penetración puede ser costosa en un principio pero poco a poco podrás observar como el ano se dilata y permite la entrada y salida del dedo sin oponer resistencia.


Aún a riesgo de parecer pesada os recuerdo que es MUY MUY MUY IMPORTANTE la estimulación de otras zonas erógenas pero sobre todo es importante la comunicación y la charla.


Y aquí termina nuestra guía sobre el sexo por la puerta de atrás. Si lo habéis conseguido, habéis disfrutado, y además habéis aumentado vuestra complicidad sexual… FELICIDADES!!!

lunes, 4 de octubre de 2010

La homosexualidad

El gran problema de la homosexualidad es que todavía no se sabe muy bien qué es y qué la causa. Hay numerosas acepciones. Según el Ministerio de Sanidad es una “enfermedad”. Por ello debe diagnosticarse, se considere o no como trastorno mental. Es decir, a pesar de tener un gobierno socialista que permite el matrimonio gay, considera que somos unos enfermos.

Bueno, la Iglesia Católica lo considera pecado y desde el principio de sus tiempos la ha tratado de erradicarla mediante la quema de sodomitas a pesar de considerar que todos somos hijos de Dios. Hoy en día sigue pensando que es una práctica equiparable a la violación, el aborto, la zoofilia, y resto de actos sexuales que no se contemplen dentro del matrimonio heterosexual. Es decir, nos llaman obscenos.

La ciencia. La ciencia es la que trata de buscar razones para este “trastorno”. Primero decía que tenía orígenes genéticos, luego hormonales, luego sociales. Ahora sospechan que puede ser por la presencia de conflictos como 1- la soledad y la tristeza, 2- la falta de autoaceptación, 3- la desconfianza y el miedo, 4- el narcicismo, 5- el excesivo sentido de responsabilidad, 6- el maltrato sexual en la niñez y 7- el enfado excesivo, habiendo pasado por el hecho de tener un progenitor muy guapo, una sobreprotección paternal, etc.

Es decir, eso es lo que pasa cuando se trata de buscar la explicación a algo que no tiene explicación.

¿Y cuál es el verdadero peligro que representa la homosexualidad para la humanidad? Muy sencillo. Al ser un grupo social reducido y discriminado es evidente que tratemos de concienciar a las masas a través de reivindicaciones de derechos políticos. Lo cual es peligroso porque si ascendiéramos puestos en la carrera política y llegáramos a ser líderes en algún país, seguramente impondríamos la homosexualicrácia como sistema político, lo cual representa un grave problema debido a una posible falta de reproducción de la especie.

Sin embargo, como eso no tiene ningún sentido, la pregunta que se hacen las personas que creen que tenemos o que somos un problema es: ¿Porqué hay personas homosexuales?

Yo respondería a esa pregunta con otra pregunta: ¿Algo es bello porque te gusta, o te gusta porque es bello?

En mi caso especificaremos que aquello que me “gusta” son las mujeres en general y una que yo me sé en particular. Y que me gustan no porque sean bellas, (tampoco las estoy llamando feas eh) aunque algunas lo sean y mucho. Entonces es aquí cuando me surge el dilema.. Aparece en mí el problema de no saber distinguir si las veo guapas porque lo son, o porque me gustan. Así me pongo a repasar mi historial de bellezas pasadas y con alguna pienso “Diosssssss, veía peor que Stevie Wonder”. Entonces deduzco que las veía guapas porque me gustaban.

Y aunque esta explicación no sirva para nada, yo he deducido que las chicas me gustan muchísimo. Pero, ¿por qué me gustan?

(Excusando unas cuantas excepciones que conozco), porque en el terreno de lo físico son suaves, delicadas, con curvas preciosas, con un olor dulce y fresco, las manos finas… (no puedo describirlas mejor porque mi propio deseo por ellas me enmudece cuando las tengo en mente). En el campo de lo intelectual son mucho más inteligentes que los hombres, son más difíciles, más frías y lógicas, más retorcidas a la hora de joder al prójimo. Más interesantes en definitiva. Y en el terreno de lo sentimental, somos simplemente, más compatibles, porque nos entendemos mejor.
Mia