Esto de la sexualidad es cada día más complicado. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que no buscaba lo mismo a mis quince años que ahora. Pero, en realidad, tampoco busco hoy lo mismo que buscaré dentro de un par de semanas. O tal vez sí.
Con esto sólo quiero demostraros que los intereses, las inquietudes y los deseos van y vienen. Eso no quiere decir que hayan de desaparecer algún día. Aunque bien es cierto que satisfacerlos ayuda mucho.
Las hay que estamos seguras de lo que queremos (miento, más bien que estamos seguras de en qué modo lo queremos), pero también las hay dudosas. Chicas que siempre se han sentido atraídas por chicos y que no conciben el sexo con una igual. En este caso es más complicado romper la barrera del prejuicio y del estereotipo. Pero, ¿qué ocurre cuando la chica tiene una mentalidad más abierta? Sucede que ya estamos con la manzana en la punta de la lengua; ¿la muerdo o no?
Sí. Y mil veces sí. La única forma de vencer a la tentación es cayendo en ella. Y puede que la chica no se sienta claramente tentada, ni siquiera atraída, pero cuando la idea ronda la mente, no merece la pena quedarse con el "y si...".
Eso sí, como consejo os diré que os busquéis a una chica que se conozca un poco esto de echar polvos con mujeres porque si no la experiencia se podría convertir en un cuadro de dos pulpos mareados jugando a tocarse todo y mal.
Simplemente dejad atrás las convicciones y el "es que a mí siempre me ha gustado...". Todo es efímero y yo estoy segura de que nunca perderemos la capacidad de sorprendernos a nosotros mismos. Así que date una sorpresa de las que hacen historia, y ya de paso, una alegría.
Nota al margen de una que ha podido barrer las dos aceras: NO hay color ;)
Rachel.
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